Barcelona es reconocida por su diversidad y apertura, pero las personas LGTBIQ+ que viven en la ciudad aún pueden enfrentar retos únicos en su salud mental. La orientación sexual y la identidad de género forman parte esencial de quiénes somos, y cuando no se sienten comprendidas o respetadas, pueden surgir problemas de autoestima o ansiedad. Por desgracia, la discriminación y el estigma siguen presentes, desde comentarios hirientes hasta agresiones más graves, y esas experiencias dejan huella emocional. En este contexto, contar con el apoyo de un psicólogo LGTBIQ+ en Barcelona puede marcar la diferencia: un profesional que comprende la realidad del colectivo y ofrece un espacio seguro para abordar la identidad, la orientación, los temores o cualquier conflicto, sin juicios ni tabúes.
A lo largo de este artículo, exploraremos por qué la terapia afirmativa es tan importante, qué tendencias existen actualmente en la salud mental LGTBIQ+, los principales motivos de consulta y los recursos disponibles en la ciudad. El objetivo es proporcionar información útil a quienes busquen un apoyo psicológico inclusivo y especializado.
Salud mental en la comunidad LGTBIQ+
En los últimos años, estudios e informes han puesto de relieve que la salud mental del colectivo LGTBIQ+ presenta desafíos específicos. Según datos de 2023, las personas LGTBIQ+ en España reportan más del doble de intentos o ideaciones suicidas (32,1% frente al 14,5% en la población general) y el doble de episodios de autolesiones (19,5% frente al 9%). Esta brecha refleja el impacto del llamado estrés minoritario, el estrés crónico que sufren las minorías sexuales por discriminación y presión social. No es de extrañar que solo el 43,6% de las personas LGTBIQ+ perciba su salud mental como buena o muy buena, frente al 62,5% de la población en general.
La discriminación directa agrava la situación. La Federación Estatal LGTBIQ+ subrayó en 2023 que sufrir actos de odio eleva un 50% los niveles de depresión y un 40% los de ansiedad en el colectivo. En los últimos cinco años, 1 de cada 3 personas LGTBIQ+ en España ha experimentado algún tipo de incidente de odio; casi 3 de cada 10 han sido acosadas o discriminadas, derivando en trauma, miedo o aislamiento.
Dentro del propio colectivo, algunos grupos —especialmente las personas trans y no binarias— muestran vulnerabilidades aún mayores. Un estudio de 2024 señala que la población trans tiene 16 veces más probabilidades de sufrir depresión y 11 veces más de padecer ansiedad respecto a la población general. Estas cifras extremas no se deben a la identidad trans en sí, sino al rechazo y la incomprensión social, además de las barreras sociales y sanitarias que se les imponen.
Aun con este panorama, ha crecido la conciencia sobre la necesidad de visibilizar la salud mental LGTBIQ+. Se estima que alrededor de un 14% de la población española de 18 a 74 años se identifica como parte del colectivo, lo cual impulsa iniciativas para fomentar una atención psicológica adecuada. Asociaciones como Salud Mental España recalcan que, a día de hoy, “la comunidad LGTBIQ+ sigue sufriendo los efectos del odio de parte de la sociedad, con secuelas sobre su salud mental”. Por ello, aumenta la demanda de terapia inclusiva con perspectiva de diversidad sexual y de género en servicios públicos, asociaciones y psicólogos privados.
¿Por qué acudir a un psicólogo LGTBIQ+?
Pedir ayuda psicológica requiere valentía para cualquiera, pero en el colectivo LGTBIQ+ pueden sumarse temores adicionales. Históricamente, la psiquiatría llegó a clasificar la homosexualidad como enfermedad (hasta 1990, cuando la OMS la excluyó de la lista de trastornos). Pese a que hoy la psicología moderna rechaza rotundamente esa visión, persisten prejuicios en algunos sectores. Por eso, buscar un psicólogo LGTBIQ+ —esto es, un profesional formado en psicología afirmativa— ofrece mayor tranquilidad desde el inicio.
La terapia inclusiva o terapia afirmativa entiende la orientación sexual o la identidad de género como parte natural de la persona, no como problema a “corregir”. El paciente no debe justificarse ni explicar desde cero su realidad. En vez de ello, encuentra un espacio seguro para hablar abiertamente de pareja, transición o del temor a no encajar en etiquetas normativas, sabiendo que el terapeuta está familiarizado con estas vivencias.
Además, un psicólogo inclusivo garantiza la confidencialidad y el respeto absoluto. Para personas que han recibido comentarios despectivos o vivido violencia, confiar en alguien desconocido puede ser difícil. Pero saber que el profesional defiende una postura afirmativa y tiene experiencia en diversidad LGTBIQ+ genera una sensación de seguridad. A veces, el simple hecho de hablar con alguien que valida tu experiencia —que reconoce la realidad del estrés de tomar la mano en público— proporciona un alivio inmediato.
En definitiva, consultar con un psicólogo LGTBIQ+ implica encontrar a alguien que:
- Entienda los retos concretos de la comunidad (salir del armario, discriminación, etc.).
- Integre la identidad u orientación como aspecto valioso, no patológico.
- Trabaje tanto las inquietudes universales (gestión emocional, ansiedad, autoestima) como las específicas del colectivo (rechazo familiar, homofobia interiorizada, etc.).
Por estas razones, cada vez más personas LGTBIQ+ en Barcelona eligen psicólogos con enfoque inclusivo para cuidar su salud mental con total confianza.
Principales motivos de consulta en psicología LGTBIQ+
Como en la población general, las personas LGTBIQ+ consultan por multitud de razones. Sin embargo, existen motivos de consulta frecuentes ligados a experiencias específicas del colectivo:
- Exploración de la identidad y orientación sexual
Gente de todas las edades puede sentir dudas acerca de su orientación sexual o identidad de género, necesitando un espacio seguro para explorarlas. Salir del armario (como gay, lesbiana, bisexual, trans…) supone a menudo miedo al rechazo. Un terapeuta inclusivo brinda acompañamiento y herramientas para afrontar reacciones del entorno. Baja autoestima y autoconcepto deteriorado
La discriminación y la falta de referentes positivos pueden generar vergüenza o autocrítica excesiva. En terapia se trabaja la reconstrucción de la autoestima y la autoaceptación, validando que no existe nada “malo” en ser LGTBIQ+. Un proceso que potencia la autoestima y la autoconfianza.- Ansiedad, depresión y estrés crónico. El “estrés de minoría” es común en quienes ocultan su orientación en ciertos círculos, temen agresiones o sufren rechazo laboral. Ello puede desencadenar trastornos de ansiedad o episodios depresivos. Un psicólogo LGTBIQ+ entiende el componente social del malestar y emplea técnicas cognitivo-conductuales, mindfulness y otros enfoques para abordarlo.
- Experiencias traumáticas por LGTBIfobia
Agresiones físicas, acoso escolar, violencia verbal o sexual por razón de la orientación o identidad dejan secuelas profundas (estrés postraumático, insomnio, miedo, etc.). La terapia ofrece un entorno empático donde procesar y sanar esas vivencias, restaurando seguridad personal. - Dificultades en relaciones y apoyo social
Problemas de pareja (por ejemplo, si un miembro no es visible públicamente), tensiones familiares o conflictos en entornos donde se oculta parte de la vida íntima. Con apoyo especializado, se pueden mejorar la comunicación y las habilidades sociales, encontrar redes de amistad o grupos LGTBIQ+ que brinden sostén.
Aunque los anteriores son temas frecuentes, cada caso es único. Sin embargo, subrayan la importancia de la perspectiva de diversidad sexual en la terapia. Una depresión puede tener matices distintos si surge tras el rechazo de los padres, o si la persona sufre homofobia interiorizada y autocensura constante. Un psicólogo LGTBIQ+ maneja estos factores con especial cuidado, adaptando las intervenciones al contexto de cada paciente.
¿Cómo es una terapia inclusiva o afirmativa?
La terapia inclusiva LGTBI no es una “terapia diferente” en técnicas, sino en enfoque. ¿Qué puedes esperar cuando entras al despacho de un psicólogo LGTBIQ+ en Barcelona? En primer lugar, una escucha activa libre de suposiciones heteronormativas. El terapeuta no asumirá nada sobre ti por defecto –no dará por sentado tu género, ni que tu pareja sea de tal sexo, ni minimizará experiencias de discriminación– sino que te permitirá definir tu propia historia.
En la primera sesión, igual que con cualquier psicólogo, harás un repaso de qué te preocupa, tu historia personal, etc. La diferencia es que un psicólogo inclusivo te invitará explícitamente (si tú no lo mencionas) a hablar sobre aspectos de orientación, identidad o vivencias LGTBIQ+ que sean relevantes. Por ejemplo, puede preguntarte con delicadeza cómo llevas el tema de tu orientación en los distintos ámbitos de tu vida, o si has encontrado apoyo en tu círculo cercano. Esto no quiere decir que toda la terapia gire en torno a que seas LGTBIQ+; simplemente significa que esa parte de tu vida estará integrada en el proceso terapéutico, como una pieza más del puzle que conforma tu bienestar. Nada está fuera de la mesa: desde dificultades laborales hasta temas de sexualidad, pasando por dudas existenciales o conflictos de pareja, todo se aborda con una mirada que entiende la diversidad.
Un aspecto clave de la terapia afirmativa es validar las emociones del paciente en relación con experiencias de discriminación. Por ejemplo, si llegas con síntomas de ansiedad tras haber sufrido un ataque homófobo, el psicólogo reconocería que esa ansiedad es una respuesta normal ante un evento anormal (el ataque), alejándose de culpar a la víctima. Juntos trabajaríais en técnicas para reducir la ansiedad (respiración, reestructuración cognitiva, etc.) y en restaurar el sentido de seguridad que esa agresión quebrantó. La validación constante –hacer saber al paciente que sus reacciones tienen sentido a la luz de su historia– es terapéuticamente muy poderosa, ya que muchas personas LGTBIQ+ vienen de entornos donde sus emociones fueron invalidadas (“estás exagerando”, “eres demasiado sensible”, “eso no es para tanto”). La terapia inclusiva busca corregir ese patrón.
Otro elemento característico es la atención a la homofobia interiorizada o transfobia interiorizada. Convivir en una sociedad donde ser heterosexual y cisgénero es la norma puede llevar, sin darnos cuenta, a que integremos prejuicios en contra de nosotros mismos.
En términos prácticos, una sesión con un psicólogo LGTBIQ+ no difiere en duración o estructura de cualquier otra terapia. Suelen ser sesiones de unos 50-60 minutos, generalmente semanales (al menos al comienzo), donde se utilizarán técnicas basadas en evidencia (terapia cognitivo-conductual, terapia centrada en emociones, EMDR para traumas, etc.) adaptadas a las necesidades de la persona.
La diferencia central es la perspectiva de diversidad constante: el lenguaje será inclusivo (se respetarán pronombres y nombres elegidos, por ejemplo), se entenderá la importancia de temas como la transición de género o la preparación para comunicar a alguien tu orientación, y jamás se sugerirá cambiar quién eres. De hecho, en España la terapia de conversión (intentar cambiar la orientación sexual de alguien) está prohibida por ley en varias comunidades, incluida Catalunya, por ser considerada pseudocientífica y altamente dañina.
La terapia inclusiva es un diálogo terapéutico donde tu realidad LGTBIQ+ ocupa el lugar que le corresponde: el centro de la comprensión, pero no el obstáculo, de modo que todo el proceso se oriente a que puedas vivir plenamente y con bienestar psicológico.
Beneficios del acompañamiento especializado
Optar por un psicólogo especializado en diversidad sexual y de género conlleva múltiples beneficios concretos para la persona LGTBIQ+ que busca apoyo:
- Comprensión profunda y empatía genuina: No es necesario explicar desde cero los conceptos básicos de la diversidad. El paciente percibe que el terapeuta ya comprende situaciones como el miedo a la visibilidad o el dolor del rechazo familiar, lo que refuerza la confianza.
Validación de la identidad: Más allá de “tolerar” la diversidad, un psicólogo LGTBIQ+ la celebra como algo natural. Esto puede ser reparador para quien nunca recibió aceptación. Trabajar la noción de orgullo como herramienta de resiliencia cambia la narrativa interna de “soy defectuoso” a “soy valioso”.
- Enfoque integral de los problemas: Temas comunes como la depresión o la ansiedad se abordan contemplando los factores sociales propios del colectivo: discriminación, minority stress, etc. Se obtiene así una visión más completa y soluciones personalizadas.
- Herramientas contra la discriminación y el estrés social: El psicólogo inclusivo facilita técnicas para manejar LGTBIfobia, desde decidir cómo reaccionar ante comentarios hirientes hasta desarrollar habilidades de asertividad y autocuidado tras un episodio de odio. Se trabaja también la ansiedad anticipatoria al mostrarse afecto en público o enfrentar entrevistas laborales.
- Conexión con recursos y comunidad: Muchas veces, el profesional conoce grupos de apoyo, asociaciones y redes LGTBIQ+ en Barcelona. Te orientará sobre posibilidades adicionales de sostén social, algo crucial para romper el aislamiento y cultivar la sensación de pertenencia.
- Experiencia en afrontar barreras específicas: Algunas personas internalizan la idea de “no necesitar ayuda” o ven la terapia como un signo de debilidad. Un psicólogo familiarizado con el colectivo comprende estos obstáculos y trabaja para superarlos con empatía, normalizando la búsqueda de ayuda.
En conjunto, el acompañamiento especializado promueve un vínculo terapéutico sólido, un factor esencial para el éxito de cualquier proceso psicológico. Quienes han sufrido discriminación a menudo deben reaprender a confiar, y la cercanía que brinda un terapeuta inclusivo puede acelerar ese proceso de sanación y empoderamiento.
Barreras sociales y emocionales frecuentes al buscar ayuda
A pesar de la creciente conciencia sobre la importancia de la salud mental LGTBIQ+, todavía hay barreras que frenan el acceso a la terapia:
- Desconfianza en los profesionales de salud: Tristemente, una proporción significativa de personas LGTBIQ+ ha tenido experiencias negativas o teme tenerlas al acudir a servicios de salud en general. Según un informe europeo reciente, el 46% de las personas LGTBIQ+ no revela su orientación sexual o identidad de género a sus médicos por miedo a ser discriminadas o tratadas diferente. Esta desconfianza, fruto de años de estigma en la medicina y la psicología, puede hacer que muchos eviten buscar ayuda psicológica cuando la necesitan. Por ejemplo, alguien que es hombre trans quizá tema ir al psicólogo pensando que van a cuestionar su identidad o convencerle de lo contrario. O un chico gay con depresión puede ocultar su orientación al terapeuta por temor a que este lo atribuya erróneamente a su sexualidad. La falta de formacion en diversidad sexual en algunos profesionales de antaño ha dejado huella: hay pacientes que se han topado con comentarios inapropiados o desconocimiento, lo que erosiona la confianza.
- Miedo a la incomprensión o al juicio: Similar al punto anterior, incluso sin una experiencia previa negativa, muchas personas LGTBIQ+ cargan con el miedo anticipatorio de “¿y si mi psicólogo resulta ser homófobo o transfóbico?”. Este miedo, por desgracia, no es infundado en todos los contextos. Aunque en ciudades grandes como Barcelona la mentalidad tiende a ser abierta, todavía existen profesionales con sesgos. Además, ciertos sectores pseudocientíficos han promovido terapias de conversión o ideas patologizantes (especialmente respecto a personas trans), lo cual genera recelo. Nadie quiere exponerse emocionalmente para luego sentirse invalidado o atacado.
- Internalización de la fortaleza y el silencio: Muchas personas LGTBIQ+ aprenden a lidiar solas con sus problemas desde jóvenes, por supervivencia. Quizá porque no tenían a quién contarle el acoso escolar, o porque en casa no había apoyo, desarrollaron una suerte de coraza: la idea de «yo puedo con todo, no necesito ayuda» o «mis problemas no son para tanto comparados con otros». Esta autocomplacencia puede ser una barrera, ya que pedir ayuda requiere vulnerabilidad. En especial en comunidades que han luchado tanto por mostrarse fuertes y resilientes, a veces se ve la búsqueda de terapia como un signo de debilidad personal. Nada más lejos de la realidad: buscar apoyo es un acto de autocuidado, pero romper el hábito de guardárselo todo puede costar. Los psicólogos especializados son conscientes de este fenómeno y suelen trabajar en normalizar la petición de ayuda, desestigmatizando la salud mental (tal como reclama la Federación Estatal LGTBIQ+, que equipara ir al psicólogo con ir al oftalmólogo).
- Falta de referentes positivos de terapia: Relacionado con lo anterior, si en tu entorno nunca has visto a otras personas LGTBIQ+ yendo al psicólogo, podrías pensar que no es común o necesario. Afortunadamente, esto está cambiando. Cada vez más figuras públicas LGTBI hablan abiertamente de sus procesos terapéuticos, y las redes sociales permiten compartir experiencias al respecto. Aun así, queda camino por recorrer para que la salud mental deje de ser un tema tabú. En comunidades más pequeñas o rurales, por ejemplo, salir a buscar un psicólogo LGTBIQ+ puede ser complicado por falta de oferta local, y eso es una barrera geográfica.
- Barreras sociales y económicas: No podemos olvidar factores externos como la situación económica. Algunos individuos LGTBIQ+, especialmente jóvenes expulsados de sus hogares o personas trans con dificultades laborales por discriminación, pueden tener menos recursos para costear terapia privada. Las listas de espera en la sanidad pública para psicología son largas, y como denuncian los colectivos, apenas hay profesionales formados específicamente en temas LGTBIQ+ en el sistema público. Esto puede generar frustración: querer ayuda, pero no poder acceder a la deseada con prontitud. Existen alternativas como asociaciones que ofrecen terapia de bajo coste o grupos de ayuda mutua gratuitos, pero la información a veces no llega a quien la necesita. Socialmente, también pueden influir las expectativas de la familia o pareja: por ejemplo, si tu familia rechaza la psicología o no sabe que eres LGTBIQ+, podrías enfrentarte a su falta de apoyo (o incluso oposición activa) para ir a terapia.
Superar estas barreras empieza por informarse y visibilizar. Conocer que en Barcelona hay profesionales confiables y que la confidencialidad está legalmente garantizada en la terapia (ningún psicólogo puede revelar información sin consentimiento) puede alentar a dar el paso. Otro recurso es hablar con gente del colectivo que haya pasado por procesos terapéuticos, pedir recomendaciones o solicitar una breve reunión de información previa con el psicólogo (muchos ofrecen esta opción).
El punto clave es: no estás solo/a. Estas barreras existen, pero se pueden superar con la ayuda adecuada. Precisamente, los psicólogos LGTBIQ+ están ahí para acompañar, deshacer miedos y allanar el camino hacia el bienestar psicológico.
Recursos disponibles en Barcelona para personas LGTBIQ+
Barcelona cuenta con varios recursos de apoyo para la comunidad LGTBIQ+ que complementan la labor de los psicólogos individuales. Algunos de los más destacados incluyen:
- Centre LGTBI de Barcelona: Es un centro municipal de referencia inaugurado en 2019, que ofrece servicios gratuitos de información, acogida y asesoramiento psicológico especializado. De hecho, dispone de un Servicio de Asesoramiento Psicológico que acompaña a personas y familias en temas relacionados con orientación sexual, identidad y expresión de género. Este servicio funciona con cita previa y brinda atención breve (varias sesiones de apoyo emocional y orientación). El objetivo es empoderar a las personas usuarias para afrontar sus situaciones personales, en un entorno completamente inclusivo.
- Asociaciones y colectivos LGTBI+ locales: Barcelona tiene un tejido muy rico de asociaciones LGTBIQ+. Casal Lambda, por ejemplo, es una asociación histórica que lleva décadas brindando soporte a personas LGTBIQ+, con actividades culturales, grupos de apoyo y asesoramiento (incluyendo orientación psicológica básica y grupos de terapia para ciertos temas). Famílies LG (Asociación de Familias LGTBIQ+) ofrece grupos para padres y madres LGTBI, y también para familias de personas trans, lo cual puede ser de ayuda si lo que buscas es involucrar a tus seres queridos en el proceso de aceptación. Observatori Contra l’Homofòbia es otra entidad catalana que registra incidencias de odio y apoya a las víctimas, pudiendo facilitar contacto con profesionales.
- Profesionales privados especializados: Por supuesto, Barcelona cuenta con numerosos psicólogos y psicólogas privados con perspectiva LGTBI. Algunos trabajan en centros de psicología generales, otros en consultas enfocadas específicamente al colectivo. Existen directorios en línea donde se puede filtrar por “LGTBIQ+” o “diversidad sexual” para encontrar profesionales con esta expertise. También hay clínicas que se anuncian abiertamente como espacios seguros para personas LGTBIQ+. La clave es no rendirse si el primero que encuentras no encaja; es válido “entrevistar” a varios hasta hallar con quién te sientas cómodo.
En definitiva, Barcelona ofrece una red de seguridad para la salud mental LGTBIQ+. Un psicólogo LGTBIQ+ suele ser el hilo conductor, pero contar también con centros, asociaciones y líneas de ayuda refuerza la idea de que no estás solo/a. Si necesitas apoyo, hay múltiples puertas a las que puedes acudir. Informarse de estas opciones y usarlas es un paso esencial para mejorar tu bienestar.
Preguntas frecuentes sobre psicología LGTBIQ+ en Barcelona
¿Cómo encontrar un psicólogo LGTBIQ+ en Barcelona?
Puedes iniciar con una búsqueda en directorios profesionales o en Google, utilizando “psicólogo LGTBIQ+ Barcelona” o “psicólogo gay friendly Barcelona”. Plataformas como Doctoralia o Top Doctors permiten filtrar por especialidad. Además, preguntar en asociaciones locales como el Centre LGTBI de Barcelona o Casal Lambda es muy eficaz, pues suelen tener listados de psicólogos de confianza.
¿Cuánto dura la terapia y cada sesión?
No hay un número de sesiones estándar; depende de la persona y el motivo de consulta. Algunas encuentran solución en pocas sesiones (por ejemplo, para prepararse ante una situación concreta), mientras otras requieren varios meses o más si trabajan temas profundos (como traumas de la infancia o baja autoestima prolongada). Las sesiones suelen durar 50-60 minutos, generalmente con frecuencia semanal al principio. Con el progreso, pueden espaciarse a quincenales o mensuales.
¿La terapia con un psicólogo LGTBI es confidencial?
Sí. La confidencialidad es un principio básico en psicología, protegido por legislación (Protección de Datos, Código Deontológico). Todo lo que compartas en sesión se mantiene en secreto profesional, sin que tu información personal, orientación o identidad pueda divulgarse a terceros sin tu consentimiento. Esto es crucial para quienes aún no son visibles en ciertos entornos o han sufrido discriminación. El psicólogo puede llevar un expediente con notas, pero ese documento también está protegido.
¿En qué se diferencia la terapia LGTBIQ+ de una terapia “convencional”?
Principalmente en la perspectiva y la formación específica del terapeuta. Un psicólogo afirmativo conoce los retos y matices de ser LGTBIQ+ y no asume que tu orientación sexual sea la raíz de todos tus problemas. Al contrario, valida tu identidad y entiende que muchas dificultades vienen de la discriminación o la falta de referentes. Puede integrar temas como minority stress, homofobia interiorizada o educación a la familia, algo que un profesional sin experiencia en diversidad podría pasar por alto. No es que exista una “técnica diferente”, sino que el abordaje se adapta a la realidad del colectivo, ofreciendo un ambiente libre de prejuicios donde te resulte más fácil abrirte.
¿Cómo sé si realmente necesito ayuda psicológica o si puedo manejarlo solo?
Esta es una pregunta muy común. Muchas personas dudan sobre si sus dificultades son lo “suficientemente serias” como para ir al psicólogo. La realidad es que no hace falta estar en crisis extrema para beneficiarse de la terapia. Cualquier malestar que esté afectando tu calidad de vida de forma recurrente es motivo válido para buscar apoyo.
En el contexto LGTBIQ+, si notas que el peso de ocultar tu orientación te agobia, o que un evento discriminatorio del pasado aún te persigue emocionalmente, o que tu identidad de género te genera mucha confusión y angustia, son indicios importantes para buscar ayuda. Piensa que la salud mental es tan importante como la física: no esperas a tener una enfermedad gravísima para ir al médico; de igual modo, en psicología, intervenir pronto evita que un problema se haga más grande. Muchas veces, quienes al principio pensaban “yo debería poder con esto solo” se sorprenden de lo mucho que avanzan al tener un acompañamiento profesional.
Cuidar de la salud mental en el colectivo LGTBI+ es un aspecto fundamental para poder vivir plenamente y sin ataduras invisibles. Los desafíos existen –los datos lo confirman–, pero también existen soluciones y apoyos específicos. Un psicólogo LGTBIQ+ en Barcelona representa ese apoyo especializado que entiende tu contexto, habla tu mismo lenguaje de diversidad y te ayudará a convertir las heridas en cicatrices sanadas, y las inseguridades en fortalezas. Si te reconoces en alguna de las situaciones descritas, ten la certeza de que no estás solo/a: hay toda una comunidad y profesionales dispuestos a acompañarte. Atrévete a dar el paso hacia una psicología inclusiva y un espacio terapéutico donde ser tú mismo es el punto de partida para sentirte mejor.
Como psicólogo con formación en Sexología Clínica y diversidad sexual y de género, estoy listo para acompañarte en tu proceso de autoconocimiento y bienestar.
Enrique Matarín
Psicólogo – Máster en Sexología Clínica y Experto en DSG – Diversidad Sexual y de Género –